6 dic 2011

Cuando (es verdad que) una imagen...

Fuente | Dextrangis

...vale más que mil palabras. Por ejemplo, en la flamante y definitiva portada de Daniel Clowes para The New Yorker; o en el genial reclamo publicitario de la agencia lituana Milk.

5 dic 2011

Mis posmodernos favoritos (69): Jazz Porque Sí

Fuente | RTVE

Mantener durante cuarenta años ininterrumpidos un programa radiofónico es un hito comunicacional que no está (bien) pagado. Sí, además, la hazaña se consigue con la dignidad y la sabiduría de 'Cifu', harían falta toneladas de billetes para compensar la titánica tarea. Sorprendentemente, Juan Claudio Cifuentes, el (insustituible) septuagenario conductor de Jazz Porque Sí, se quita importancia a la hora de conmemorar la efeméride. Ni siquiera se considera crítico: solo comentarista... de sus gustos (nunca de sus disgustos) musicales.

Radio Popular-FM, Radio España, Antena 3, Cadena 100 y, por fin, Radio Clásica (RNE) han acogido a lo largo de su dilatada trayectoria un espacio que, en la actualidad, se emite tres días a la semana que se dividen en una miscelánea informativa -los lunes-, un monográfico dedicado al jazz moderno -los miércoles- y otro consagrado a los maestros clásicos -los viernes-. Siempre de madrugada, a la hora en la que los melómanos noctámbulos nos acurrucamos plácidamente en la libertad del género musical más impredecible del universo.



4 dic 2011

Mis muertos más frescos (8): Sócrates

Fuente | RTVE

Fue bautizado con nombre de (filósofo) clásico y, aunque optó por la medicina, enarboló la bandera de la democracia hasta el fin de sus días. Dotado de piernas interminables y pies diminutos, se distinguió del común de los futbolistas brasileños por una elegancia descomunal. La justicia deportiva le fue adversa y su selección chocó en sendos mundiales del 82 y el 86 con la racanería (Italia) y con el mito (Maradona). Sació su sed de títulos con alcohol y el líquido elemento lo deterioró a marchas forzadas. Hoy ha muerto el jugador que elevó el taconazo a categoría de arte: la única huella indeleble que dejó en mí el mundial doméstico que viví, de pequeño, imbuido en el cítrico espíritu de Naranjito.

Fuente | YouTube

Mis posmodernos favoritos (68): Cuadernistas

Fuente | Cuadernistas

Los cuadernos están de moda. De eso no hay duda. Lo digo yo, que publico estas líneas (como tantos otros miles) en un blog, que viene a ser el cuaderno virtual del siglo XXI. No hay duda, decía, sin embargo, de que los cuadernos (los de toda la vida, los de hojas firmes y tapas resistentes) están de moda: los moleskines más cool para aquellos que prefieren dar la nota a tomar notas -su destino primigenio- y los más simples (y eficaces) para los artistas que gustan de dejar registradas en ellos sus impresiones pictóricas de todo cuanto viven.

Esta última categoría es la que aquí (y ahora) importa porque, aunque no sea (lo más) original, Cuadernistas es un (delicioso) blog que reúne a lo más granado de la ilustración patria para ponernos los dientes largos con el trabajo consuetudinario de quienes viven por amor al arte y responden así a las cinco cuestiones básicas ('w') del periodismo:

"¿Qué? Cuadernistas es un blog en el que un grupo de ilustradores enseñan lo que ocultan en sus cuadernos.

¿Quién? Este blog está en periodo de pruebas y de momento solo podrán publicar en él los autores que han comenzado a armar el proyecto.

¿Por qué? Nos falla la memoria y para ayudarla apuntamos cosas en papelitos: lo que vemos, nos gusta y queremos recordar o retener. Los cuadernos usados nos sirven para saber quienes hemos sido.

¿Cuándo? Cada día abriremos al menos un nuevo cuaderno. Permanezcan atentos a sus pantallas.

¿Cómo? Este blog no pretende ser un negocio ni un foro: no tendrá publicidad ni estará abierto a comentarios. Para cualquier consulta o comentario podéis ir a las páginas de los autores (enlazadas en +info)".

Pues eso, que Cuadernistas se explica por sí mismo como un libro abierto... perdón: un cuaderno; un cuaderno en el que, de momento, ganan en número de aportaciones LPO, Iker Ayestaran, Enrique Flores, José María y Sagar.


Fuente | Cuadernistas

3 dic 2011

Lecturas imprescindibles (19): Ignacio Ramonet. La gran regresión


El editorial de diciembre de Le Monde diplomatique en español asusta: ofrece algunas respuestas y se hace muchas preguntas. Pone el dedo en la yaga de la crisis: en sus causantes, que, ¡oh paradoja!, son los que ahora pretenden (sin mucho entusiasmo, la verdad) sacarnos de ella. Ignacio Ramonet subraya un asunto capital (con perdón): los mercados están comenzando a gobernar, sin máscaras, el planeta, ocupando directamente el poder político. Verbigracia: la salida del pozo deberá esperar:

"Está claro que no existe, en el seno de la Unión Europea (UE), ninguna voluntad política de plantarle cara a los mercados y resolver la crisis. Hasta ahora se había atribuido la lamentable actuación de los dirigentes europeos a su desmesurada incompetencia. Pero esta explicación (justa) no basta, sobre todo después de los recientes 'golpes de Estado financieros' que han puesto fin, en Grecia y en Italia, a cierta concepción de la democracia. Es obvio que no se trata sólo de mediocridad y de incompetencia, sino de complicidad activa con los mercados.

¿A qué llamamos 'mercados'? A ese conjunto de bancos de inversión, compañías de seguros, fondos de pensión y fondos especulativos (hedge funds) que compran y venden esencialmente cuatro tipos de activos: divisas, acciones, bonos de los Estados y productos derivados.

Para tener una idea de su colosal fuerza basta comparar dos cifras: cada año, la economía real (empresas de bienes y de servicios) crea, en todo el mundo, una riqueza (PIB) estimada en unos 45 billones de euros. Mientras que, en el mismo tiempo, a escala planetaria, en la esfera financiera, los 'mercados' mueven capitales por un valor de 3.450 billones de euros. O sea, setenta y cinco veces lo que produce la economía real...

Consecuencia: ninguna economía nacional, por poderosa que sea (Italia es la octava economía mundial), puede resistir los asaltos de los mercados cuando éstos deciden atacarla de forma coordinada, como lo están haciendo desde hace más de un año contra los países europeos despectivamente calificados de PIIGS (cerdos, en inglés): Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España.

[...] Los mercados han obtenido lo que querían: que sus propios representantes accedan directamente al poder sin tener que someterse a elecciones. Tanto Lucas Papademos, primer ministro de Grecia, como Mario Monti, Presidente del Consejo de Italia, son banqueros. Los dos, de una manera u otra, han trabajado para el banco estadounidense Goldman Sachs, especializado en colocar hombres suyos en los puestos de poder. Ambos son asimismo miembros de la Comisión Trilateral.

Estos tecnócratas deberán imponer, cueste lo que cueste socialmente, en el marco de una 'democracia limitada', las medidas (más privatizaciones, más recortes, más sacrificios) que los mercados exigen. Y que algunos dirigentes políticos no se han atrevido a tomar por temor a la impopularidad que ello supone.

La Unión Europea es el último territorio en el mundo en el que la brutalidad del capitalismo es ponderada por políticas de protección social. Eso que llamamos Estado de bienestar. Los mercados ya no lo toleran y lo quieren demoler. Esa es la misión estratégica de los tecnócratas que acceden a las riendas del gobierno merced a una nueva forma de toma de poder: el golpe de Estado financiero. Presentado además como compatible con la democracia...

Es poco probable que los tecnócratas de esta 'era post-política' consigan resolver la crisis (si su solución fuese técnica, ya se habría resuelto). ¿Qué pasará cuando los ciudadanos europeos constaten que sus sacrificios son vanos y que la recesión se prolonga? ¿Qué niveles de violencia alcanzará la protesta? ¿Cómo se mantendrá el orden en la economía, en las mentes y en las calles? ¿Se establecerá una triple alianza entre el poder económico, el poder mediático y el poder militar? ¿Se convertirán las democracias europeas en 'democracias autoritarias'?".

2 dic 2011

Mis posmodernos favoritos (67): Vida Low Cost

Fuente | Expansion.com

Me cuesta entender que, justo en vísperas de la "tormenta perfecta" que dejará la marejada de la crisis de la economía mundial en los últimos años en un mero aviso para navegantes, proliferen los programas y las publicaciones que enseñan (por dentro) las super-mega casas de los más pudientes -que las muestran, y se muestran, sin pudor-, que promocionan automóviles y cachibaches tecnológicos ultramodernos, que invitan al viaje y a la aventura como si aquí no hubiera pasado nada...

Pero resulta que sí, que sí ha pasado algo: principalmente, que el (ab)uso indiscriminado del ajuste y del recorte ha desembocado en una mengua considerable del poder adquisitivo de las familias, que las más de las veces se las ven y se las desean para llegar a fin de mes. Por eso, cuando el ejercicio de estirar los (escasos) ingresos hasta el infinito amenaza con derivar en la bancarrota doméstica, conviene tener a mano recomendaciones como las que hacen Arancha Bustillo y Marta Juste desde 'Vida Low Cost', un blog alojado en Expansion.com que hará las delicias de los amantes de las gangas, ya sea como simple preferencia o como pura necesidad.

Sus sugerencias se han convertido en la guía posmoderna para conseguir (casi) todo lo imaginable a precio de saldo o, directamente, gratis. Y tal ha sido el éxito de la propuesta, que las ofertas divulgadas por el dúo de jóvenes periodistas ya ha dado el salto a las librerías, agrupadas bajo el título Vivir Low Cost: la única lectura imprescindible en pleno mes consumista para salir indemnes del envite sin tener que recurrir a la literatura de evasión.


Fuente | Conecta

19 nov 2011

Reflexionando

Fuente | El País

Jornada de reflexión. Ultimátum para el progreso español. De nuevo un 20-N. Difícil elegir entre lo malo conocido y lo peor por conocer. Más aún para los abstencionistas, como un servidor. Muy sencillo para el analfabeto político. Me consuelo reafirmándome en este lado de la decencia, despreciando a quienes se regocijan despreciándola. Como los autores de Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna, recopiladas por el gran José María Izquierdo en un flamante y antológico volumen que ningún inminente votante del PP debería pasar por alto. Quienes se expresan en el libro de marras son los guías espirituales de la derecha nacional, los palmeros mediáticos de Rajoy y sus acólitos.

Aquí te dejo una perla incluida en sus páginas: "Un Charlamento envilecido, formado mayoritariamente por delincuentes pro terroristas y pro chequistas, miembros de partidos corruptos hasta la médula y encubridores del 11-M, la chusma de las Cortes, esas gentes de la trola, el choriceo y el puterío" (Pío Moa, blog de Libertad Digital, 25/02/2010).

Reflexiono sumergido en el hedor mediático derechón y descubro que necesito oxígeno para digerir tanta mierda liberada impunemente. Me alivio con la música que la Fundación Robo va colgando en la red para demostrar que ha vuelto la canción protesta, con una joya como la que Nacho Vegas ha compuesto para explicar 'Cómo hacer crac'.

18 nov 2011

Mis posmodernos favoritos (66): La portada de Interviú

Fuente | Divinity

La portada de Interviú es la promesa de un futuro mejor. Sucede, por desgracia, que de ordinario se queda en eso: una promesa. La portada de Interviú promete siempre más de lo que sus páginas interiores ofrecen y, a su vez, las promociones previas de cada número prometen más de lo que la portada promocionada entrega. La portada de Interviú, por consiguiente, es el gatillazo nacional, el calentón prematuramente abortado de un pueblo -el español- en el que aún anida el gen verderón provocado por cuatro décadas de dictadura represora: aquella que obligó a los paisanos ibéricos a viajar hasta París para poder bailar el último tango tras descubrir que lo verde empezaba en los Pirineos.

Esta semana, el desnudo light de Terelu ha supuesto un mojón más en la decadente trayectoria de una publicación que (mal)vive gracias a la querencia erótica de los españolitos: las retocadas carnes de una popular (seudo)profesional del audiovisual patrio -que guarda en sus entrañas arrobas como para alimentar a todos los comensales de una boda-, han convertido al último ejemplar del semanario en uno de los más rentables de su (intra)historia. Hito fácil de alcanzar, pues en los últimos tiempos solo aparecen en sus páginas los deshechos carnales de (casi) todas las arribistas del famoseo nacional.

Por suerte para los que aún nos agarramos (con gusto) a un clavo ardiendo, todavía queda lugar en la publicación más emblemática del Grupo Z para acontecimientos como el reciente regalo de boda con el que agasajó a la Duquesa de Alba.

Fuente | Vanitatis

17 nov 2011

Ciao, 'Peluconi'

Fuente | Presseurop

Hace ya algunos años que un gran chirigotero gaditano con mucha guasa (re)bautizó como 'Peluconi' al detestable 'rey de Absurdistán', o sea, el (hasta antesdeayer) primer ministro italiano (y flamante dimisionario) Silvio Berlusconi: el gobernante más indigno -no el peor, ni el más cruel, ni el más surrealista- de cuantos aún gozaban -y gozan, ¡qué remedio!- del poder que otorga el insensato pueblo a resultas de practicar ese peligroso juego que las regiones (más) civilizadas del mundo mundial llamamos democracia.

Dicen los expertos domésticos -de allí- que ahora "Italia se enfrenta al vacío", ignorantes aún de que el vacío era el medio en el que vivían hasta hace una semana, pues la nada era la materia prima más manoseada por el (pen)último mandamás que se ha llevado por delante la crisis. Lo paradójico del asunto es que la dimisión de Berlusconi ha provocado la llegada al gobierno italiano de un personaje al que los medios internacionales han convenido en llamar 'Súper Mario': unanimidad nada halagüeña para el porvenir de Italia y de Europa.

Fuente | Presseurop

14 nov 2011

Mis posmodernos favoritos (65): Enrique Meneses

Fuente | YouTube

Enrique Meneses es una lección de periodismo andante... Perdón: la metáfora es harto desafortunada para describir a alguien que tiene que echar mano de la silla de ruedas para según qué actividades y que lleva ya algún tiempo enganchado a una botella de oxígeno para (sobre)vivir en este mundo crítico y posmoderno que le ha tocado habitar. Salvado el desliz, no queda sino ahondar en la figura de uno de los personajes capitales del periodismo patrio, cuya mirada ilimitada y pensamiento libre han proporcionado a los seguidores de la información gráfica (y escrita) incontables joyas instantáneas.


Lo mejor en estos casos es remitir a la fuente original. Enrique Meneses advierte en un reciente artículo "una serie de cualidades o defectos -según se mire-" en su manera de ser: "Desde un sentido profundo de la responsabilidad a una exaltación interior de la aventura y el rechazo de toda forma de domesticación de la misma. La idea de que unos segundos pueden significar la vida o la muerte, ha regido siempre mi concepción del trabajo", reconoce el maestro del fotoperiodismo nacional. Y va más allá: "Siempre he preferido equivocarme rápidamente antes que tener razón dentro de cien años. En los momentos de mi vida en que tuve que elegir, siempre lo hice menospreciando los riesgos. Lo mismo que unos acostumbran a protegerse constantemente contra la adversidad, hasta el punto de ahogar cualquier capacidad de improvisación, otros valoramos sortear el riesgo como forma de vida". Palabras de un joven que acaba de cumplir 82 años.

Respetado y admirado con asombrosa unanimidad por sus colegas, tanto de la tecla como del disparador, Meneses ha descubierto en la madurez de su trayectoria vital las redes (sociales o no) y se aplica a ellas con la misma humildad, sabiduría y constancia de siempre. El reportero cuyas imágenes ilustraron publicaciones como Life o Paris Match, el hombre que dirigió la edición española de Playboy, el periodista que se inventó legendarios programas de aventuras y viajes en la tele y la radio nacionales, desgrana con detalle su filosofía vital y profesional desde su blog particular y, haciendo honor a sus principios, no encuentra la hora de poner fin a sus iniciativas, la última de las cuales lleva por nombre Utopía TV.


13 nov 2011

Lecturas imprescindibles (18): Juan Antonio Rivera. ¿Es Internet tóxica?

Fuente | Taurus

Hace ya una eternidad -exactamente en 2008- que Nicholas Carr publicó en The Atlantic un hiperpopular artículo titulado, retórica e irónicamente, ¿Google nos vuelve estúpidos?: el (¿definitivo?) dedo en la llega de la red de redes (y sus consecuencias) que hace unos meses llegó a las librerías del mundo globalizado estirado hasta la provocación -344 páginas en su edición española-, en formato libro, bajo una nueva y provocativa denominación: Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?

Polémico por naturaleza, el texto atiende más a los vicios que internet fomenta que a las virtudes que multiplica. Sea como fuere, su aparición ha provocado una nutritiva recepción crítica que la Revista de Libros ha coronado con la aportación de Juan Antonio Rivera, quien ha aprovechado la coartada de la reseña para esbozar un miniensayo en el que entresaca las tesis aportadas por Carr para mezclarlas con sus propios conocimientos en la materia y su particular punto de vista. El resultado: un artículo tanto o más provechoso que el desencadenante de esta cadena del que aquí dejo un extracto sobre los incovenientes de internet:

"Pueden resumirse en estos epígrafes: atención desparramada, memoria a corto plazo hiperactiva, y aprendizaje y memoria a largo plazo quebradizos. Todo lo cual, como veremos, está muy relacionado entre sí. Empecemos por el modo en que Internet pulveriza nuestra atención. No es lo mismo leer una página impresa en papel que una página web. He aquí una vívida descripción de lo que (nos) pasa:

Una sola página web puede contener fragmentos de texto, vídeo y audio, una variada gama de herramientas de navegación, diversos anuncios y varias pequeñas aplicaciones de software, o widgets, que se ejecutan en sus propias ventanas. Todos sabemos cómo puede llegar a distraernos esta cacofonía de estímulos... Un nuevo mensaje de correo electrónico anuncia su llegada cuando ojeábamos los titulares más recientes de un periódico digital. Unos segundos más tarde nuestro lector de RSS [Really Simple Syndication, un dispositivo para recibir información fresca y actualizada de nuestras páginas web favoritas] nos informa de que uno de nuestros blogueros favoritos ha publicado un nuevo post. Unos momentos después nuestro teléfono móvil reproduce la melodía que indica la entrada de un mensaje de texto. Al mismo tiempo, una alerta de Facebook o Twitter parpadea en la pantalla (p. 116).

¿Cómo mantener la atención en algo concreto en medio de este tiroteo cruzado de estímulos? La lectura se torna espasmódica, sincopada, cuando se lleva a cabo ante una pantalla 'enriquecida' con tantos elementos 'distractores'. Pensemos por un momento en los hipervínculos, que constituyen la red arterial que conecta entre sí dos documentos cualesquiera de la Web, tomados al azar de entre los miles de millones que la componen, y separados por unos diecinueve clics de ratón.

[...] Es difícil mantener la atención disciplinadamente centrada en algo por mucho tiempo en un medio tan tumultuoso. Carr llega a considerar la Red como una tecnología de la interrupción (p. 162). Las incitaciones para cambiar de pantalla son constantes y difíciles de resistir, como también lo son los esfuerzos por mantener distintos frentes de atención abiertos a la vez, esa multitarea trepidante con que muchos se castigan las meninges cuando están conectados a Internet. En vez de concentrar la atención en el texto, tienes que tomar decisiones constantes sobre si seguir un enlace que aparece en él o no, sobre si consultar en la Wikipedia una palabra que figura en negrita, o sobre si atender un correo electrónico que acaba de entrar. La lectura de un texto online sobrecarga los circuitos de toma de decisión (sitos en la corteza prefrontal dorsolateral) a expensas de los circuitos de la atención y la memoria. El resultado es que entendemos menos lo que leemos en línea y enseguida lo olvidamos.

Un cerebro conectado online es un cerebro hiperestimulado, frenético, zarandeado por una plétora de acicates débiles pero continuos, que trabaja mucho y consigue aprender muy poco. De ahí esa desolación inconcreta que nos provoca la conexión prolongada a Internet. Sin pretenderlo realmente, leemos más rápido y de forma desordenada. [...] La Red es una tecnología de la interrupción, y las interrupciones esparcen la atención, la hisopean en múltiples direcciones, provocan tensión y ansiedad. Correos electrónicos, feed readers, agregadores de noticias, alertas sobre los cambios de valores de Bolsa, actualizaciones de software, nuevos vídeos en YouTube: he aquí un arsenal interminable de espasmos que pugnan por copar el espacio limitado de nuestra consciencia".

8 nov 2011

Mis posmodernos favoritos (64): Rockdelux

Fuente | Rockdelux

300 números y 27 años después, Rockdelux es (sigue siendo) la 'biblia' de la música para los españolectores, la publicación 'indiespensable' para conocer a fondo lo que se cuece más allá de las recalentadas ollas del mainstream globalizado y globalizante, para profundizar -aprendiendo a sentir y amar- en la música de calidad, sin adjetivos. Para celebrar la efeméride, la revista catalana ha preparado uno de sus lujosos especiales. Esta vez se trata de "un desbordante catálogo de imágenes, una selección de fotos que revela la evolución de la música a través de los artistas escogidos por Rockdelux para transmitir los cambios constantes en el pop de estos casi treinta años".

"Desde 1984, la revista se ha hecho eco de las tendencias más interesantes, y a partir de ellas se explica ahora la transformación de la música de nuestro tiempo. La cultura pop de las tres últimas décadas, inmortalizada en momentos significativos, históricos. Un homenaje visual a los lectores de Rockdelux, siempre atentos a las novedades pero con el criterio de saber seleccionar lo más relevante. Un imprescindible álbum de fotos con los artistas que han forjado la identidad de Rockdelux y de sus seguidores". Porque, por supuesto, el número 300 de la la más ilustre gloria viviente del periodismo musical español es un regalo para propios, pero también una golosa invitación para extraños: "Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras. Es un tópico, sí. Pero el especial 300 de Rockdelux lo corrobora", advierten desde dentro.

No les hagan mucho caso. La (falsa) modestia de quienes a menudo son tachados de esnobs, elitistas o, directamente, pedantes, les impide ser (realmente) sinceros: si algo ha demostrado Rockdelux en este largo cuarto de siglo es que, a pesar de que su contenido fundamental sea la música, lo que importa a la hora de explicar(se) es la letra. Los archivos de la casa, habitada a lo largo de este tiempo por los más insignes especialistas patrios, son una impagable e inagotable fuente de información (y opinión informada), como demuestra su flamante web, una revolucionaria (y generosa) propuesta que está sacando a la luz, sin prisa pero sin pausa, lo más granado de su repertorio: sus ineludibles críticas de discos; sus recomendables artículos de opinión; su picoteo selecto en las otras artes imprescindibles de la era posmoderna; y, ¡ay!, su manifiestamente mejorable sección de noticias.

Fuente | Rockdelux

El debate

Fuente | El País

Seguí el (mal llamado) debate con la misma (escasa, resignada) atención que en anteriores ocasiones. Me sacó del hastío una amistosa carcajada (recibida a modo de sms) cuando el duelo dialéctico ya había desenmascarado a uno y otro contendientes. Mi respuesta inmediata fue: "El tonto de la clase, for president!". Porque sí, tal y como yo lo ví (y lo veo), el (denominado) debate enfrentaba al tonto con el listo (más bien listillo) de la clase; y, a las primeras de cambio, el rol que desempeñaban -y han desempeñado toda su vida- quedó al descubierto. La lamentable moraleja del asunto es que, en el estado de cosas que se encuentra el mundo y, más concretamente, esta parcela a la que llamamos España, no nos sirve ni el tonto -dicen que miró 585 veces los papeles para poder articular su atropellado y vago discurso- ni el listo -tan acostumbrado al sobresaliente que cambió su papel de examinado por el de examinador-. Así nos luce el pelo -teñido o escaso, según el candidato- y así nos lucirá en el futuro inmediato -pluscuamperfecto lo predijo el otro día, con retranca 'a la gallega', Felipe González-.

Tanto da que optemos por el cambio interno -el continuismo socialista- o el cambio externo -la necesaria alternancia popular que (nos) tocará sufrir de cuando en cuando-: nuestra península histérica no es más que un guiñol manejado por un puñado de poderes supranacionales -instituciones, bancos, medios de comunicación- en el que lo más que se puede hacer es seguir la corriente de los ríos más caudalosos para evitar que nuestro patio termine convertido en un desierto en el que morir de sed.

Dicen los que saben que tanto Rajoy como Rubalcaba mintieron en el debate: ¡agudo descubrimiento, a la par que novedoso! Ninguno osaría decir la verdad de sus intenciones y, sobre todo, de sus posibilidades, y esperar votos a cambio. Representan distintas maneras de hacer lo mismo: faltando a sus respectivas ideologías, a sus principios y a su palabra. Lo grave es que ni siquiera queda lugar para el (mínimo) consuelo de que nos gobierne el menos malo. Rajoy, con su cara de nadie, su cerebro yermo y su argumentario de perpetuas vacaciones, a quien no se le conoce ni una sola opinión (in)formada sobre los asuntos capitales, será (si nada lo remedia) el próximo presidente de nuestra aún inmadura democracia; y todo lo que demandamos con ahínco desde el pasado 15 de mayo quedará aplazado hasta mejor ocasión.

Fuente | Página|12

21 oct 2011

Mis posmodernos favoritos (63): Las listas de Foreign Policy


Existen infinitas maneras de informar sobre la (más rabiosa) actualidad en la era de internet y, hasta las publicaciones canónicas, se devanan los sesos para estar al día (y vanagloriarse de originales) en lo tocante a las preferencias de su parroquia de (in)fieles. Bendita presión, la de los consumidores mediáticos posmodernos, pues solo como consecuencia de su ejercicio se puede topar uno con algo tan irresistible, tan provechoso y tan 'cool' como ese 'hit parade' noticiero que se ha dado en llamar 'Las listas de FP'.

FP, para los legos en la materia, son las siglas de Foreign Policy, la revista especializada en política internacional -valga la redundancia- fundada en 1970 por Samuel P. Huntington y Warren Demian Manshel que Moisés Naím sitúo en el mapa de los medios imprescindibles bajo su dirección durante el periodo 1996-2009. Editada durante mucho tiempo por la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, en 2008 fue adquirida por el grupo Washington Post. En la actualidad se enorgullece de ser el primer "magacín global sobre política, economía e ideas", hecho al que han contribuido sus múltiples ediciones extranjeras, entre ellas la española.

'Las listas de FP', por las que profeso una devoción rayana en lo obsesivo, da cuenta de la última hora del panorama global situando bajo su foco las (des)vergüenzas de las relaciones internacionales: sin ir más lejos, algunos de sus últimos listados incluyen los cinco gaseoductos más polémicos (geopolíticamente), los (más) innobles merecedores del Premio Nobel de la Paz, los cinco peores lugares para ser mujer y una actualización de su detallado análisis de los peores tiranos del planeta publicada hace un año.

9 oct 2011

Mis posmodernos favoritos (62): Días de Cine

Fuente | RTVE

Hace ya mucho tiempo que (casi) todos mis días son de cine, pero sería exagerado decir que 'Días de Cine' forma parte de mi vida desde el principio. Cuando el ahora veintegenario programa televisivo comenzó su andadura allá por octubre de 1991, yo no era más que un adolescente en el que comenzaba a brotar una cinefilia que el tiempo (y el dinero, claro) no han parado de abonar y regar hasta convertirla en un florido jardín de las delicias. Lo que no resulta exagerado, en absoluto, es afirmar que la(s) niña(s) de mis ojos han devorado con fruición la mayoría de los 866 capítulos de esta arrebatada historia de amor al séptimo arte.

Por la redacción de 'Días de Cine' han pasado cineastas como Daniel Monzón, críticos como José Luis Guarner, Jordi Costa, Sergi Sánchez o Alberto Bermejo, actrices-presentadoras como Aitana Sánchez Gijón o Cayetana Guillén Cuervo y, sobre todos ellos, una figura insustituible como Antonio Gasset Dubois, quien fuera director y presentador del invento durante la mayor parte de su exitosa (aunque maltratada) trayectoria: justo hasta que un ERE liquidó hace ahora cuatro años a una de las mejores generaciones de periodistas que ha dado la radiotelevisión pública española.

Sobrevivió el programa a un sentimiento de orfandad más acusado por los espectadores que por sus propios compañeros y hoy goza de buena salud pese a las mellas que los recortes han provocado en sus coberturas festivaleras. Mantiene 'Días de Cine' una admirable equidistancia entre la crítica sesuda -Cahiers de Cinema- y la divulgación informada -Dirigido por...-, sin olvidar que la red acoge en la actualidad otras 'miradas de cine' que demandan la atención debida. Sus reportajes continúan siendo un relato ajustado del presente cinematográfico, pero también de sus referentes, sin los cuales no se entendería nada de nada de lo que se hace hoy en día.

Se echa de menos el cinismo de un conductor que elevó las entradillas y las transiciones a la publicidad a categoría de arte, pero ni siquiera eso tendría sentido en un canal que ya no emite anuncios. Por contra, cada vez son más las ventajas que ofrece el audiovisual posmoderno, como aquella que consiste en visionar el programa de manera fragmentada (y a deshoras) a través de internet, constatando que el continente no afecta al contenido de una joya televisiva sin parangón. De propina, la red permite bucear en el archivo de la casa y regodearse en su glorioso pasado. ¿Qué más se puede pedir?

Fuente | YouTube

8 oct 2011

Mis muertos más frescos (7): Félix Romeo

Fuente | Rockdelux

Ha muerto un gran hombre escondido dentro de las hechuras de un hombre grande. Ha muerto Félix Romeo, entusiasta cultural de profesión que, solo tangencialmente, se dedicó a la escritura, la crítica, el cine o cualquiera de las (más o menos) bellas artes que alivian nuestra existencia. Quienes le conocimos sabemos que era "una de las personas más buenas del mundo". Quienes gozamos de su compañía en algún momento jamás podremos olvidar que la mayoría de los epítetos elogiosos que contiene el diccionario de nuestra lengua parecían inventados para adornar su persona. Concentraba en su corpachón aragonés todos los valores positivos de los que el resto de la humanidad ofrece solo contadas muestras.

Su obra, escasa pero inmarchitable, posmoderna pero tan clásica, abarca un puñado de libros y traducciones de otros libros, centenares de reseñas y recomendaciones y un hito como 'La Mandrágora', el programa que resucitó la cultura para el lenguaje audiovisual patrio. Sin embargo, su verdadera obra (maestra) era su incansable espíritu agitador, capaz de animar, emocionar, entusiasmar...

Tuve la inmensa suerte de asistir a uno de los talleres sobre escritura creativa que impartió en La Casa Encendida de Madrid hace algo más de un lustro: me enganchó a Perec, me descubrió a Clarice Lispector y Sherman Alexie, me regaló un libro de Patti Smith... me abrió (aún más) los ojos y los oídos a un universo fascinante: la cultura, sin mayúsculas, sin pretensiones; porque él creía que el consumo de bienes culturales suponía el mayor goce para los sentidos -una de sus colaboraciones en Radio 3 se llamó 'El placer de la lectura'-.

Claro que, para Romeo, nada de esto tenía sentido sin la existencia del afecto, del amor, de la amistad: a cultivarlos dedicó el tiempo que sus aficiones le dejaban libre y eso se nota al ojear los medios nacionales en la hora del adiós: ha dejado huella; y un poco huérfanas a publicaciones como ABC Cultural, Revista de Libros, Letras Libres o Heraldo de Aragón, donde se publicaban sus últimos escritos.

Fuente | YouTube

3 oct 2011

Mis posmodernos favoritos (61): Periodismo con Futuro

Fuente | The Guardian

Me resultan arrebatadores los elementos que son, a la vez, juez y parte en una disputa: en ellos se dan, con mayor nitidez que en cualesquiera otros, todos los vicios y virtudes que hacen de nuestro mundo posmoderno un lugar tan sugestivo. Eso es lo que le sucede, por ejemplo, a Periodismo con Futuro, un blog alojado en la edición digital del diario El País que, ya desde su nomenclatura, vale más por sus intenciones -que vienen a ser sus (interesadas) necesidades-, que por sus propuestas realistas para el porvenir.

Así se autodefine el invento: "Con todas las incógnitas del momento, el título de este blog es una afirmación en la que creemos sin dudar. El cómo, quién, dónde y cuándo ya no están tan claros. Queremos abrir un debate sobre el presente y futuro del periodismo y su industria. Sobre nuevas tendencias, contenidos, tecnología, soportes y modelos de negocio. Con información y análisis. Y vivir en primera línea un nuevo ecosistema informativo tan apasionante como incierto". Y así continúa: "Especialistas de todo el mundo [los menos] y periodistas de El País [los más] reflexionan sin prejuicios sobre lo que ocurre, incluso sin esperar a que ocurra. Desde profesionales que viven en las redacciones hasta quienes dedican su tiempo al análisis en las universidades tendrán un hueco aquí y en el canal de Eskup".

Y sí, el hueco está, pero, de momento -la criatura aún es demasiado joven-, solo los plumillas domésticos aportan su granito de arena en una ímproba tarea de autoconvencimiento de que su -nuestra- profesión no tiene los días contados en pleno reinado de las redes -sociales o no-.

Aun así, este flamante contenedor mediático cobija algunas mercancías dignas de atención, como sus dos últimos posts -hasta la fecha- que recopilan las últimas adivinanzas lanzadas en la conferencia anual de la Online News Association acerca del futuro de los medios. A saber: 1) La marca ha muerto. Larga vida a la marca; 2) Social Media Optimization; 3) La segunda pantalla, el futuro de las retransmisiones en directo; 4) La filosofía del código abierto; 5) Nuevas plataformas para periodismo de largo formato; 6) Los medios consolidan la colaboración con los lectores; 7) Información y tecnología; 8) Ben Huh.

Ya, ya sé que algunos de los puntos quedan algo crípticos así relatados, pero en eso consiste el juego: en ir a la fuente a través de este (y este otro) hipervínculo y profundizar en la materia, porque solo a través de la retroalimentación será posible mantener con vida a todos aquellos que pretenden protagonizar el futuro de la red de redes.

28 sept 2011

Lecturas imprescindibles (17): Manuel Vilas. El gran Kahn

Fuente | Presseurop

Desde que tengo memoria he sido un enamorado de la entrevista ficticia, un género literario poco frecuentado pero con grandes epígonos -a los que leí con fruición siempre que pude- que practiqué en otro tiempo y en otro lugar. El pasado fin de semana, uno de nuestros poetas, narradores y blogueros más juguetones, Manuel Vilas, despachó una perla en forma de diálogo inventado entre él mismo y el (casi) todopoderoso Strauss-Kahn en Radar que aquí sirvo tal cual para el deleite de todo aquel que se considere un lector sibarita:

"VILAS: Dominique, qué locura fue ésa, ¿qué hiciste, hombre de dios?

DSK: No sé, Vilas, oí el tam-tam biológico, tambores que venían de los restos humanos subatómicos de las Torres Gemelas, una voz que me decía 'eres Napoleón, el Nuevo Napoleón, ataca'.

VILAS: ¿Pero no te bastaba con disfrutar de una suite napoleónica en el centro de Nueva York?

DSK: Fue esa voz, ya te digo, una voz en medio del capitalismo universal, una voz que me decía 'eres Napoleón, tuya es la vida, devasta, arrasa, coge lo que quieras'.

VILAS: Y Nueva York ha sido tu Waterloo.

DSK: Así es, Vilas. Todo ha terminado. La he jodido bien. Pero me han absuelto.

VILAS: Bueno, yo te perdono. Anda, ve y no peques más.

DSK: ¿Y quién eres tú para perdonar?

VILAS: Yo soy San Vilas.

DSK: Pues si tú eres San Vilas, está clarísimo que yo soy Napoleón. Agradezco tu perdón, me vendrá bien.

VILAS: A sus órdenes, Sire.

DSK: ¿Qué me aconsejas para recuperar mi gracia política? Estos americanos no conocen la grandeur ni han leído a Sade.

VILAS: Un golpe de efecto, eso le aconsejo, Sire.

DSK: He de confesarte que más de una vez me han señalado mi parecido físico con Napoleón.

VILAS: Claro, Sire. Y él sacó fuerzas hasta el último momento.

DSK: Dime tu consejo.

VILAS: Pídala en matrimonio, Sire, a la mujer, a la camarera. Me parece lo más caballeroso. Ahora que nadie se lo espera, diga que se quiere casar con ella. Que se va a divorciar de su actual mujer y se va a casar con la camarera. Piense en el cine de Hollywood. Lo entenderán. Hay muchas películas que tratan este tema. Obama acudirá a la boda, seguro. Habrá película.

DSK: Pero si era fea.

VILAS: ¿Quién?

DSK: La camarera, mon dieu.

VILAS: Entonces, ¿por qué tanta violencia y pasión?

DSK: Era una pasión napoleónica. Atardecía en Nueva York. Sentí terror napoleónico: una especie de vacío monstruoso que nos asalta a los grandes hombres. No sé si eso os pasa a los santos.

VILAS: Por supuesto, Sire, a los santos nos ocurre constantemente.

DSK: ¿Y qué hacéis?

VILAS: Lo que no hacemos es violar monjas. Leemos a San Agustín y ya está. Sire, le recomiendo que lea a Santo Tomás de Aquino o a William Faulkner, es lo mismo.

DSK: A ver, Vilas, concreta: ¿Santo Tomás o Faulkner?

VILAS: Léalos a la vez, una página de Santo Tomás, otra de Faulkner, ya verá que son lo mismo.

DSK: Me han humillado. Me han convertido en basura.

VILAS: Pídala en matrimonio. Eso lo entenderán, una especie de Love Story sobrevenido. Un amor brutal sobrevenido. Hábleles de la película 'Pretty Woman'. Dígales que vio en la camarera a la mujer definitiva de su vida. Que quiere redimirla de la pobreza; dicen que vive en un sórdido piso del Bronx. Diga a los periodistas del New York Times algo así como 'ni Dios ni su mismísimo hijo Jesucristo impedirán que yo me case con esa mujer, a la que amo'.

DSK: Mon dieu, eres bueno, Vilas, eres muy bueno. Qué bien eso último de su mismísimo hijo Jesucristo. Lo pensaré.

VILAS: ¿Qué tal le trataron cuando estuvo en la cárcel? ¿Le dieron bien de comer? ¿Le permitieron usar su propio cepillo de dientes, con mango de marfil, su Rolex, su colonia Armani, sus mocasines ingleses?

DSK: Me sentí el Conde de Montecristo. Era fascinante: El ultraje, la humillación, la calumnia, el oprobio, el insulto, el barro ardiente, créeme, mi querido San Vilas, tú deberías entenderlo, si santo de verdad eres y no un puto impostor español. Todos los españoles sois cerdos pobres, eso llévatelo por delante. Y menos mal que no sigo al frente del FMI, porque os iba a dejar sin un euro a todos los españoles, que no sois más que una panda de vagos, de parásitos, de moros, eso es lo que sois. Estuve en la cumbre de lo humano. Me sentí santificado a través de la mortificación. Estuve en lo más alto. Para alcanzar esta desdicha o infortunio del que gocé entonces, antes hay que haber sido el rey del mundo. Sólo Shakespeare puede entender a Dominique Strauss-Kahn, tío. Tengo un apellido shakesperiano. No estoy al alcance de cualquiera. La velocidad en el descenso la conocemos muy pocos. Esa velocidad es el misterio más grande de lo que somos como civilización. Conozco la civilización humana como nadie. Conozco el capitalismo, y la caída. Soy un prodigio de la Historia, de la Filosofía y del Psicoanálisis. Ya soy un hombre de conocimiento. Fíjate que tan sólo el Conde de Montecristo, Napoleón y yo hemos gozado de estas devastaciones supremas, de la velocidad en la caída. Es una velocidad superior a la velocidad de la luz. Mira, San Vilas, yo soy Francia. Soy refinamiento monstruoso y velocidad civilizadora. Nadie me entiende, casi soy Baudelaire. Si Baudelaire viviera, ¿a quién iba inmortalizar en uno de sus maravillosos poemas, a ese fanático de la monogamia que es Barack Obama o a un libertino como yo? Me estoy viendo en un soneto de Baudelaire.

VILAS: Qué bien, Sire. C’est magnifique.

DSK: Sí, bien, muy bien. C’est magnifique".

Mis posmodernos favoritos (60): Martín Girard

Fuente | Club Cultura

Hace ahora doce meses, el jefe de Deportes del diario El País, José Sámano, "contrató al perspicaz detective privado en paro Martín Girard [...] para que se convirtiera en la sombra del entrenador Mourinho desde la llegada de este al Real Club Florentino hasta la culminación de la más injusta por descompensada Liga del mundo". El matrimonio de (periodística) conveniencia se consolidó y, ya digo, el feliz ayuntamiento está a punto de cumplir su primer año de vida.

Desde sus inicios, aquella crónica de una muerte anunciada -cuando llegue, que llegará más pronto que tarde- se convirtió en cita obligada para todos los (lectores) futboleros patrios, que cada martes dan palmas con las orejas -antimadridistas o, simplemente, antimourinhistas- o se tiran de los pelos -acérrimos merengues- con los arrebatos líricos del cronista. Sucede que, pese a que algunos no terminen de enterarse -"Girard, que firma una infumable columna cada martes en El País, es el único opinador cuyo primer y último objetivo es atizar a una sola persona. Girard lleva ya más de un año arreando a José Mourinho y solo a José Mourinho. Lo hace todos los martes, sin excepción. Y nosotros, como el entrenador portugués, no podemos hacer sino preguntarnos… ¿por qué?" (La Libreta de Van Gaal)-, el ínclito Girard no engaña a nadie, pues la advertencia acerca de sus intenciones quedó reflejada negro sobre blanco bien pronto.

Al margen de cabreos medíáticos, la resurrección de uno de los seudónimos más populares del deporte español no debe sino ser aplaudida por cualquier (buen) amante de la literatura y de la cultura en general. Llegados a este punto, conviene desvelar a los legos en la materia que tras Martín Girard se esconde la pluma de Gonzalo Suárez, uno de los más heterodoxos escritores y cineastas de nuestra península histérica, y que las primeras crónicas de este supuesto detective deportivo que lleva el apellido de la madre de su autor se publicaron hace más de cincuenta años, tras convertirse esta en la segunda esposa de Helenio Herrera, a la sazón entrenador del Barcelona y del Inter de Milán. De ello da fe La suela de mis zapatos, una antología convertida en retrato descarnado de la España del medio siglo (XX), altamente recomendable para todos aquellos que duden de la honestidad del actual látigo de Mourinho. Y, para los que estén hastiados de (tanto) balompié, acaba de reunirse la totalidad de la (deliciosa) narrativa breve de Suárez en Las fuentes del Nilo, un considerable tocho que vale mucho más de lo que cuesta.


Fuente | El País

26 sept 2011

La (eterna) censura

Fuente | Guerra Eterna

Ha sido, sin lugar a dudas, una de las noticias más graves que los españoles hemos recibido en nuestra (todavía) joven e (in)madura democracia: el deseo (público) del poder político (¿y sindical?) de meter mano en la información de servicio (público). Y no precisamente porque dicho deseo supusiera ninguna novedad: a estas alturas los sufridores pasivos de las (des)informaciones -manipulaciones, mentiras, publicidades y propagandas- enmascaradas 'inocentemente' bajo la careta pública estamos más que habituados -¡qué remedio!- a que los gobernantes (supuestamente) democráticos intenten manejar nuestras conciencias a su antojo. La diferencia con lo acontecido en los últimos días es que, hasta ahora, el mangoneo comunicativo se producía en la sombra, sin que hubiera pruebas (irrefutables) del delito. Pero la pasada semana los consejeros de la radiotelevisión pública nacional fueron un paso más allá y se atrevieron a manifestar abiertamente sus ansias controladoras, que en otro tiempo se concentraban en una institución (más o menos) oficial denominada censura. La dictadura de la información, por consiguiente, estuvo a punto de imponerse en pleno siglo XXI y, en el amago, quedaron retratados, una vez más, los principales partidos políticos y sindicatos españoles, a pesar del paripé subsiguiente.

Da igual que hablemos de corrupción, de censura, de mentira... Al cabo, las estrategias se repiten y cada cual sigue, con ligeras variaciones, el ideario que marca su ideología y la (nefanda) interpretación que de ella realizan sus coyunturales dirigentes y/o representantes. Conviene tenerlo en cuenta, ahora que esos siniestros personajes vuelven a reclamarnos para acudir a las urnas: todos son malos -malísimos- pero los hay aún peores, aunque las encuestas parezcan hacer caso omiso a la cruda -crudísima- realidad.

El culebrón de episodios atropellados que se ha vivido estos días en España me ha recordado, por desgracia, que la profesión que elegí hace ya algunos años -y que abandoné, aún no sé si del todo, hace ya algunos meses- está tan viciada que resulta imposible ejercerla de manera independiente. Te cuento: hace algún tiempo sufrí los estragos de los intentos de imposición (des)informativa y opinativa en los distintos puestos de responsabilidad que ejercí de manera interina y fugaz: públicos y privados, jefatura, asesoría y dirección, para más señas. Tanto en unos como en otros se repitieron las mismas estrategias para reconducir un discurso, el mío, que amenazaba gravemente -es un decir- la estabilidad local y regional. En todos los casos el acosador respondía a unos rasgos comunes: individuo gris, acomplejado, venido a menos y con un (in)disimulado afán recaudador que le asegurara una jubilación digna o un porvenir desahogado. En dos los casos me quité del medio cuando estuve a tiempo; en uno me quitaron antes de que mi capacidad de reacción diera señales de vida.

Ahora vivo (más o menos) alejado del mundanal ruido en el que se ha convertido una de las profesiones más ingratas que ejercerse puedan: si no se cumple con los códigos que rigen su práctica, malo; si se siguen a rajatabla, peor.

Fuente | YouTube

18 sept 2011

Mis posmodernos favoritos (59): Reflexiones de Repronto

Fuente | Repronto

El pasado 15 de junio finalizaba la cuarta temporada de 'Reflexiones de Repronto', una de las (más singulares y adictivas) anomalías audiovisuales patrias divulgadas a través de la red de redes. El artefacto, obra de Raúl Minchinela y sus compinches, se ha convertido, desde su aparición en 2007, en uno de esos fenómenos que las recomendaciones en cadena han ido transformando, día a día, en bálsamo imprescindible para sobrellevar la (in)soportable levedad del ser (humano) del siglo XXI.

Después vino el aval de un puñado de sospechosos habituales de la cultura posmoderna. A saber: Jordi Costa: "Una excéntrica, estimulante colección de micro-conferencias-espectáculo en las que los viajes transversales a través de exóticos territorios de la cultura popular cristalizan en iluminadoras cargas de profundidad. Es el programa que uno desearía tener en televisión para terminar el día, cumpliendo la función de un contracultural 'Últimas preguntas', pero el soporte es lo de menos: ese programa existe"; Rodrigo Fresán: "Repronto es un maestro absoluto del libre flujo de conciencia, del nexo absurdo pero súbitamente tan lógico entre dos cuestiones aparentemente irreconciliables y de la contundente y relampagueante miniconferencia"; Miguel Brieva: "Ojalá sólo existieran programas como Repronto en televisión. No, mejor aún, ojalá no existieran en absoluto programas ni televisión, pero que de algún modo ultramagnético o polisensorial nos llegasen sus ondas como una suave brisa marina y pudiéramos disfrutar de su ingenio y su agudeza mientras nos mecemos en una hamaca con los ojos cerrados. Eso no estaría mal, ¿no?; Agustín Fernández Mallo: "El equilibrio entre el delirio, la verosimilitud y la inteligencia es perfecto, humor que sería 'afterhumor', ese que en el ámbito latinomediterráneo tan tópico y nuestro es casi inexistente".

¿Te haces una idea acerca de qué estamos hablando? Imagino que no. Pues el responsable del invento te echa una mano: "Repronto pretende recuperar una tradición española que se ha dado por perdida: la de la conferencia espectáculo. Nuestros modelos son maestros como Ramón Gómez de la Serna (sobre todo) y José Ortega y Gasset. Por otro lado, la estética retrofuturista de Repronto procura beber en la tradición de la Escuela Radio Maymó, que, durante medio siglo, fue el horizonte de la electrónica en España. Hay un tercer modelo, en negativo: el presentador-azafato de gran sonrisa que pretende venderte algo. Repronto es una mezcla de científico loco y supervillano para que el espectador tenga una actitud defensiva y escéptica, el contrario de la relajación buenrollista comercial que se da en nuestros días“.

Lo dicho hasta aquí (te) puede parecer mucho pero no es más que una mera introducción a un universo fascinante. Si aún no lo conoces, tienes por delante 48 capítulos para gozar... y para sumarte a la (interminable) lista de incondicionales de una serie que nunca debería conocer el significado de punto y final.



Fuente | Repronto