19 nov 2011

Reflexionando

Fuente | El País

Jornada de reflexión. Ultimátum para el progreso español. De nuevo un 20-N. Difícil elegir entre lo malo conocido y lo peor por conocer. Más aún para los abstencionistas, como un servidor. Muy sencillo para el analfabeto político. Me consuelo reafirmándome en este lado de la decencia, despreciando a quienes se regocijan despreciándola. Como los autores de Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna, recopiladas por el gran José María Izquierdo en un flamante y antológico volumen que ningún inminente votante del PP debería pasar por alto. Quienes se expresan en el libro de marras son los guías espirituales de la derecha nacional, los palmeros mediáticos de Rajoy y sus acólitos.

Aquí te dejo una perla incluida en sus páginas: "Un Charlamento envilecido, formado mayoritariamente por delincuentes pro terroristas y pro chequistas, miembros de partidos corruptos hasta la médula y encubridores del 11-M, la chusma de las Cortes, esas gentes de la trola, el choriceo y el puterío" (Pío Moa, blog de Libertad Digital, 25/02/2010).

Reflexiono sumergido en el hedor mediático derechón y descubro que necesito oxígeno para digerir tanta mierda liberada impunemente. Me alivio con la música que la Fundación Robo va colgando en la red para demostrar que ha vuelto la canción protesta, con una joya como la que Nacho Vegas ha compuesto para explicar 'Cómo hacer crac'.

18 nov 2011

Mis posmodernos favoritos (66): La portada de Interviú

Fuente | Divinity

La portada de Interviú es la promesa de un futuro mejor. Sucede, por desgracia, que de ordinario se queda en eso: una promesa. La portada de Interviú promete siempre más de lo que sus páginas interiores ofrecen y, a su vez, las promociones previas de cada número prometen más de lo que la portada promocionada entrega. La portada de Interviú, por consiguiente, es el gatillazo nacional, el calentón prematuramente abortado de un pueblo -el español- en el que aún anida el gen verderón provocado por cuatro décadas de dictadura represora: aquella que obligó a los paisanos ibéricos a viajar hasta París para poder bailar el último tango tras descubrir que lo verde empezaba en los Pirineos.

Esta semana, el desnudo light de Terelu ha supuesto un mojón más en la decadente trayectoria de una publicación que (mal)vive gracias a la querencia erótica de los españolitos: las retocadas carnes de una popular (seudo)profesional del audiovisual patrio -que guarda en sus entrañas arrobas como para alimentar a todos los comensales de una boda-, han convertido al último ejemplar del semanario en uno de los más rentables de su (intra)historia. Hito fácil de alcanzar, pues en los últimos tiempos solo aparecen en sus páginas los deshechos carnales de (casi) todas las arribistas del famoseo nacional.

Por suerte para los que aún nos agarramos (con gusto) a un clavo ardiendo, todavía queda lugar en la publicación más emblemática del Grupo Z para acontecimientos como el reciente regalo de boda con el que agasajó a la Duquesa de Alba.

Fuente | Vanitatis

17 nov 2011

Ciao, 'Peluconi'

Fuente | Presseurop

Hace ya algunos años que un gran chirigotero gaditano con mucha guasa (re)bautizó como 'Peluconi' al detestable 'rey de Absurdistán', o sea, el (hasta antesdeayer) primer ministro italiano (y flamante dimisionario) Silvio Berlusconi: el gobernante más indigno -no el peor, ni el más cruel, ni el más surrealista- de cuantos aún gozaban -y gozan, ¡qué remedio!- del poder que otorga el insensato pueblo a resultas de practicar ese peligroso juego que las regiones (más) civilizadas del mundo mundial llamamos democracia.

Dicen los expertos domésticos -de allí- que ahora "Italia se enfrenta al vacío", ignorantes aún de que el vacío era el medio en el que vivían hasta hace una semana, pues la nada era la materia prima más manoseada por el (pen)último mandamás que se ha llevado por delante la crisis. Lo paradójico del asunto es que la dimisión de Berlusconi ha provocado la llegada al gobierno italiano de un personaje al que los medios internacionales han convenido en llamar 'Súper Mario': unanimidad nada halagüeña para el porvenir de Italia y de Europa.

Fuente | Presseurop

14 nov 2011

Mis posmodernos favoritos (65): Enrique Meneses

Fuente | YouTube

Enrique Meneses es una lección de periodismo andante... Perdón: la metáfora es harto desafortunada para describir a alguien que tiene que echar mano de la silla de ruedas para según qué actividades y que lleva ya algún tiempo enganchado a una botella de oxígeno para (sobre)vivir en este mundo crítico y posmoderno que le ha tocado habitar. Salvado el desliz, no queda sino ahondar en la figura de uno de los personajes capitales del periodismo patrio, cuya mirada ilimitada y pensamiento libre han proporcionado a los seguidores de la información gráfica (y escrita) incontables joyas instantáneas.


Lo mejor en estos casos es remitir a la fuente original. Enrique Meneses advierte en un reciente artículo "una serie de cualidades o defectos -según se mire-" en su manera de ser: "Desde un sentido profundo de la responsabilidad a una exaltación interior de la aventura y el rechazo de toda forma de domesticación de la misma. La idea de que unos segundos pueden significar la vida o la muerte, ha regido siempre mi concepción del trabajo", reconoce el maestro del fotoperiodismo nacional. Y va más allá: "Siempre he preferido equivocarme rápidamente antes que tener razón dentro de cien años. En los momentos de mi vida en que tuve que elegir, siempre lo hice menospreciando los riesgos. Lo mismo que unos acostumbran a protegerse constantemente contra la adversidad, hasta el punto de ahogar cualquier capacidad de improvisación, otros valoramos sortear el riesgo como forma de vida". Palabras de un joven que acaba de cumplir 82 años.

Respetado y admirado con asombrosa unanimidad por sus colegas, tanto de la tecla como del disparador, Meneses ha descubierto en la madurez de su trayectoria vital las redes (sociales o no) y se aplica a ellas con la misma humildad, sabiduría y constancia de siempre. El reportero cuyas imágenes ilustraron publicaciones como Life o Paris Match, el hombre que dirigió la edición española de Playboy, el periodista que se inventó legendarios programas de aventuras y viajes en la tele y la radio nacionales, desgrana con detalle su filosofía vital y profesional desde su blog particular y, haciendo honor a sus principios, no encuentra la hora de poner fin a sus iniciativas, la última de las cuales lleva por nombre Utopía TV.


13 nov 2011

Lecturas imprescindibles (18): Juan Antonio Rivera. ¿Es Internet tóxica?

Fuente | Taurus

Hace ya una eternidad -exactamente en 2008- que Nicholas Carr publicó en The Atlantic un hiperpopular artículo titulado, retórica e irónicamente, ¿Google nos vuelve estúpidos?: el (¿definitivo?) dedo en la llega de la red de redes (y sus consecuencias) que hace unos meses llegó a las librerías del mundo globalizado estirado hasta la provocación -344 páginas en su edición española-, en formato libro, bajo una nueva y provocativa denominación: Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?

Polémico por naturaleza, el texto atiende más a los vicios que internet fomenta que a las virtudes que multiplica. Sea como fuere, su aparición ha provocado una nutritiva recepción crítica que la Revista de Libros ha coronado con la aportación de Juan Antonio Rivera, quien ha aprovechado la coartada de la reseña para esbozar un miniensayo en el que entresaca las tesis aportadas por Carr para mezclarlas con sus propios conocimientos en la materia y su particular punto de vista. El resultado: un artículo tanto o más provechoso que el desencadenante de esta cadena del que aquí dejo un extracto sobre los incovenientes de internet:

"Pueden resumirse en estos epígrafes: atención desparramada, memoria a corto plazo hiperactiva, y aprendizaje y memoria a largo plazo quebradizos. Todo lo cual, como veremos, está muy relacionado entre sí. Empecemos por el modo en que Internet pulveriza nuestra atención. No es lo mismo leer una página impresa en papel que una página web. He aquí una vívida descripción de lo que (nos) pasa:

Una sola página web puede contener fragmentos de texto, vídeo y audio, una variada gama de herramientas de navegación, diversos anuncios y varias pequeñas aplicaciones de software, o widgets, que se ejecutan en sus propias ventanas. Todos sabemos cómo puede llegar a distraernos esta cacofonía de estímulos... Un nuevo mensaje de correo electrónico anuncia su llegada cuando ojeábamos los titulares más recientes de un periódico digital. Unos segundos más tarde nuestro lector de RSS [Really Simple Syndication, un dispositivo para recibir información fresca y actualizada de nuestras páginas web favoritas] nos informa de que uno de nuestros blogueros favoritos ha publicado un nuevo post. Unos momentos después nuestro teléfono móvil reproduce la melodía que indica la entrada de un mensaje de texto. Al mismo tiempo, una alerta de Facebook o Twitter parpadea en la pantalla (p. 116).

¿Cómo mantener la atención en algo concreto en medio de este tiroteo cruzado de estímulos? La lectura se torna espasmódica, sincopada, cuando se lleva a cabo ante una pantalla 'enriquecida' con tantos elementos 'distractores'. Pensemos por un momento en los hipervínculos, que constituyen la red arterial que conecta entre sí dos documentos cualesquiera de la Web, tomados al azar de entre los miles de millones que la componen, y separados por unos diecinueve clics de ratón.

[...] Es difícil mantener la atención disciplinadamente centrada en algo por mucho tiempo en un medio tan tumultuoso. Carr llega a considerar la Red como una tecnología de la interrupción (p. 162). Las incitaciones para cambiar de pantalla son constantes y difíciles de resistir, como también lo son los esfuerzos por mantener distintos frentes de atención abiertos a la vez, esa multitarea trepidante con que muchos se castigan las meninges cuando están conectados a Internet. En vez de concentrar la atención en el texto, tienes que tomar decisiones constantes sobre si seguir un enlace que aparece en él o no, sobre si consultar en la Wikipedia una palabra que figura en negrita, o sobre si atender un correo electrónico que acaba de entrar. La lectura de un texto online sobrecarga los circuitos de toma de decisión (sitos en la corteza prefrontal dorsolateral) a expensas de los circuitos de la atención y la memoria. El resultado es que entendemos menos lo que leemos en línea y enseguida lo olvidamos.

Un cerebro conectado online es un cerebro hiperestimulado, frenético, zarandeado por una plétora de acicates débiles pero continuos, que trabaja mucho y consigue aprender muy poco. De ahí esa desolación inconcreta que nos provoca la conexión prolongada a Internet. Sin pretenderlo realmente, leemos más rápido y de forma desordenada. [...] La Red es una tecnología de la interrupción, y las interrupciones esparcen la atención, la hisopean en múltiples direcciones, provocan tensión y ansiedad. Correos electrónicos, feed readers, agregadores de noticias, alertas sobre los cambios de valores de Bolsa, actualizaciones de software, nuevos vídeos en YouTube: he aquí un arsenal interminable de espasmos que pugnan por copar el espacio limitado de nuestra consciencia".

8 nov 2011

Mis posmodernos favoritos (64): Rockdelux

Fuente | Rockdelux

300 números y 27 años después, Rockdelux es (sigue siendo) la 'biblia' de la música para los españolectores, la publicación 'indiespensable' para conocer a fondo lo que se cuece más allá de las recalentadas ollas del mainstream globalizado y globalizante, para profundizar -aprendiendo a sentir y amar- en la música de calidad, sin adjetivos. Para celebrar la efeméride, la revista catalana ha preparado uno de sus lujosos especiales. Esta vez se trata de "un desbordante catálogo de imágenes, una selección de fotos que revela la evolución de la música a través de los artistas escogidos por Rockdelux para transmitir los cambios constantes en el pop de estos casi treinta años".

"Desde 1984, la revista se ha hecho eco de las tendencias más interesantes, y a partir de ellas se explica ahora la transformación de la música de nuestro tiempo. La cultura pop de las tres últimas décadas, inmortalizada en momentos significativos, históricos. Un homenaje visual a los lectores de Rockdelux, siempre atentos a las novedades pero con el criterio de saber seleccionar lo más relevante. Un imprescindible álbum de fotos con los artistas que han forjado la identidad de Rockdelux y de sus seguidores". Porque, por supuesto, el número 300 de la la más ilustre gloria viviente del periodismo musical español es un regalo para propios, pero también una golosa invitación para extraños: "Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras. Es un tópico, sí. Pero el especial 300 de Rockdelux lo corrobora", advierten desde dentro.

No les hagan mucho caso. La (falsa) modestia de quienes a menudo son tachados de esnobs, elitistas o, directamente, pedantes, les impide ser (realmente) sinceros: si algo ha demostrado Rockdelux en este largo cuarto de siglo es que, a pesar de que su contenido fundamental sea la música, lo que importa a la hora de explicar(se) es la letra. Los archivos de la casa, habitada a lo largo de este tiempo por los más insignes especialistas patrios, son una impagable e inagotable fuente de información (y opinión informada), como demuestra su flamante web, una revolucionaria (y generosa) propuesta que está sacando a la luz, sin prisa pero sin pausa, lo más granado de su repertorio: sus ineludibles críticas de discos; sus recomendables artículos de opinión; su picoteo selecto en las otras artes imprescindibles de la era posmoderna; y, ¡ay!, su manifiestamente mejorable sección de noticias.

Fuente | Rockdelux

El debate

Fuente | El País

Seguí el (mal llamado) debate con la misma (escasa, resignada) atención que en anteriores ocasiones. Me sacó del hastío una amistosa carcajada (recibida a modo de sms) cuando el duelo dialéctico ya había desenmascarado a uno y otro contendientes. Mi respuesta inmediata fue: "El tonto de la clase, for president!". Porque sí, tal y como yo lo ví (y lo veo), el (denominado) debate enfrentaba al tonto con el listo (más bien listillo) de la clase; y, a las primeras de cambio, el rol que desempeñaban -y han desempeñado toda su vida- quedó al descubierto. La lamentable moraleja del asunto es que, en el estado de cosas que se encuentra el mundo y, más concretamente, esta parcela a la que llamamos España, no nos sirve ni el tonto -dicen que miró 585 veces los papeles para poder articular su atropellado y vago discurso- ni el listo -tan acostumbrado al sobresaliente que cambió su papel de examinado por el de examinador-. Así nos luce el pelo -teñido o escaso, según el candidato- y así nos lucirá en el futuro inmediato -pluscuamperfecto lo predijo el otro día, con retranca 'a la gallega', Felipe González-.

Tanto da que optemos por el cambio interno -el continuismo socialista- o el cambio externo -la necesaria alternancia popular que (nos) tocará sufrir de cuando en cuando-: nuestra península histérica no es más que un guiñol manejado por un puñado de poderes supranacionales -instituciones, bancos, medios de comunicación- en el que lo más que se puede hacer es seguir la corriente de los ríos más caudalosos para evitar que nuestro patio termine convertido en un desierto en el que morir de sed.

Dicen los que saben que tanto Rajoy como Rubalcaba mintieron en el debate: ¡agudo descubrimiento, a la par que novedoso! Ninguno osaría decir la verdad de sus intenciones y, sobre todo, de sus posibilidades, y esperar votos a cambio. Representan distintas maneras de hacer lo mismo: faltando a sus respectivas ideologías, a sus principios y a su palabra. Lo grave es que ni siquiera queda lugar para el (mínimo) consuelo de que nos gobierne el menos malo. Rajoy, con su cara de nadie, su cerebro yermo y su argumentario de perpetuas vacaciones, a quien no se le conoce ni una sola opinión (in)formada sobre los asuntos capitales, será (si nada lo remedia) el próximo presidente de nuestra aún inmadura democracia; y todo lo que demandamos con ahínco desde el pasado 15 de mayo quedará aplazado hasta mejor ocasión.

Fuente | Página|12