11 jun 2011

Lecturas imprescindibles (14): Adonis. Diez tesis sobre las rebeliones árabes actuales

Fuente | The Atlantic

La hojarasca mediática del 15-m ha relegado a un segundo plano, al menos en nuestro país, la verdadera revolución (popular) sufrida en el mundo árabe desde comienzos de 2011. Bien está, si así os parece, pero ya va siendo hora de volver a lo capital. Por ejemplo, atendiendo a las 'diez tesis' propuestas por el poeta sirio Adonis -uno de los intelectuales árabes más influyentes- acerca de las rebeliones que están teniendo lugar en el norte de África y el oriente más próximo (a nosotros), perfectamente aplicables a la seudorevuelta protagonizada en nuestras plazas por los indignados domésticos [recojo aquí la primera y las dos últimas y enlazo al artículo completo al final del post]:

"Primera tesis:

¿Qué perderían los árabes hoy si desaparecieran todos sus regímenes?

La respuesta a esta pregunta define ya el valor y nivel de dichos regímenes. Lo más probable es que la inmensa mayoría de los árabes contesten: no perderíamos nada.

No obstante, esta misma respuesta es la que convierte a la acción por cambiar dichos regímenes en una suprema responsabilidad histórica, tanto cultural como humana. Sobre todo, el cambio no debe reducirse únicamente al aspecto político-de poder, sino que ha ser global y radical, es decir, que transforme la estructura socio-cultural sobre la que se levantan dichos regímenes. El régimen político es parte de un todo, por lo que un mero cambio en cuanto poder, y nada más, no será más que una acción superficial, y nos devolverá, más pronto o más tarde, a los mismos problemas.

La verdad es que la cuestión del poder ha sido, a lo largo de la historia de los árabes, su principal problema. La lucha por el poder fue siempre la causa de sus confrontaciones y guerras intestinas, y hasta de sus múltiples cismas y sectas. En ellos, el poder no emana de la gente como expresión de la voluntad popular, sino que viene de arriba, por lo que la violencia, el odio y la coacción son elementos consustanciales, casi orgánicos, de dicho poder.

Esto no quiere decir que los árabes no hayan conocido califas y gobernantes con realizaciones culturales y civilizadoras importantes. Pero, esto tampoco niega el carácter básico y fundamental que la lucha por el poder tiene en la historia de los árabes.

Existen muchos ejemplos, empezando por las guerras intestinas del islam, ya en la época fundacional, la de los califas ortodoxos [los cuatro primeros], y pasando por las épocas omeya y abasí, sin olvidar el clamoroso ejemplo ofrecido por al-Andalus. Luego, con la caída del califato otomano, el poder árabe recupera el modelo del califato con nombres y formas diferentes: 'realeza', 'democracia', 'república', 'liberalismo'. Y los ejemplos de alianzas realizadas en el islam para preservar el poder, incluso con los enemigos del islam, son abundandes y bien conocidos por todos los interesados.

Dentro de esta obsesión por el poder, hemos visto, y vemos, especialmente a 'grandes' potencias extranjeras, apoyar a este o aquel gobernante árabe para que asegure sus intereses, y a pesar de ser conscientes de la corrupción del gobierno en cuestión. Y cuando ven que la poltrona de ese poder árabe empieza a zozobrar, las mismas potencias se apresuran a desprenderse de él. Y hasta puede que intervengan militarmente para derribarlo. Para ellas, lo importante es participar en el juego del poder árabe con una sola finalidad: garantizarse el dominio sobre tal poder.

Palestina es una trágica muestra de la obsesión de los árabes por el poder. Los partidos palestinos, 'revolucionarios' en origen, y coincidentes todos ellos en el principal objetivo de su razón de ser y en que se enfrentan a un mismo y crucial peligro, son dirigidos ante todo, sin embargo, por la idea del poder, por la lucha por el poder. Agreguemos que los problemas derivados de la lucha destructiva por el poder dentro del mismo partido, desde mediados del pasado siglo xx, no han sido, por su significado y consecuencias, menos peligrosos que los problemas generados por la lucha con el exterior colonialista (el Yemen democrático, Irak y Siria, son ejemplos de ello, aunque no los únicos) [...].

Novena tesis

Cualesquiera que sean las circunstancias y cualesquiera que sean los resultados de las movilizaciones y rebeliones árabes (para mí positivas en todos los casos y en más de un nivel), las fuerzas progresistas democráticas de cada país árabe, especialmente en Siria, las organizaciones civiles, las asociaciones juveniles democráticas, sobre todo las feministas, deben formar una alianza democrática para luchar teórica y prácticamente por el establecimiento de un Estado civil, de instituciones civiles y de una sociedad civil. Y para evitar que los países árabes se deslicen hacia gobiernos religiosos en nombre del 'islam moderado' o hacia gobiernos tiránicos y totalitarios.

Décima tesis

Stendhal decía que si una persona quiere ser miembro destacado de una gran sociedad debe aprender el arte de sacrificar concesiones a la voluntad general, aunque ésta se encuentre equivocada. Si no lo hace así, esa persona no será nada, ni logrará nada, y no merecerá más apelativo que el de 'hijo extraviado'.

Yo, personalmente, prefiero ser un 'hijo extraviado' antes que apoyar la voluntad general equivocada".


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